El osito, un símbolo de ternura y dulzura, está lleno de circones que añaden un toque de glamour. La combinación del diseño infantil del osito con la elegancia de los circones lo convierte en una pieza muy versátil.
En algunas culturas, el uso del ojo turco también está asociado con prácticas espirituales, sirviendo como un recordatorio de protección en el día a día.